Hace un par de años conocà a Sylvia Plath, era un libro azul y en la portada decÃa "Soy vertical. Pero preferirÃa ser horizontal" Era un compendio de poemas y para ser sincera, la poesÃa y yo nunca habÃamos hecho clic hasta que ese libro llegó a mis manos. Yo le debo a Plath el haberme reencontrado con la poesÃa, no puedo describir lo mucho que me gusto su estilo y como lo disfrute de principio a fin.
A principios de año hice una lista de los autores que más me han gustado y pensé que en lugar de releer sus obras que me habÃan encantado me darÃa la oportunidad de leer algo nuevo de ellos, apliqué el más vale malo por conocido que bueno por conocer. Cuando llegó la hora de decidir qué escoger estaba entre The journals, Ariel y por supuesto The bell jar. Elegà sólo porque el nombre me atrajo de inmediato y puedo decir que no me arrepiento.
La primera mitad del libro se me fue como agua entre los dedos; simpatice con Esther, incluso puedo decir que me sentà identificada con ella, me imaginaba a mi misma teniendo la oportunidad de vivir un mes en NY o viviendo esa incapacidad de decidir porque cualquier elección significaba restringir su capacidad en otros aspectos de su vida. Todo iba bien hasta que regresa a su casa y se da cuenta que no entro al programa de escritores.
Después de ahÃ, me costó seguirle la linea de pensamientos (realmente me alegra no haberla entendido en la segunda mitad porque eso hablarÃa de mi inestabilidad mental) pero no por eso esta parte no la disfruté, de hecho creo que esa parte se parece más a lo que habÃa leÃdo de Sylvia.
Esther Greenwood es tan compleja e impredecible, pero a la vez cuando terminas el libro te deja una sensación de conocerla de pies a cabeza.
En conclusión creo que puedo decir que entiendo porque se ha vuelto un "clásico" del siglo XX, pero también creo que no es para todo el mundo. Si no has leÃdo a Sylvia antes, yo te recomendarÃa que primero leas algunos poemas suyos, si después de eso, ya la amas, ahora si, The bell jar te encantará.