Como convertir a un sinvergüenza en un príncipe (Ser príncipe)

23:09


 !Hola!

Como había dicho en la bienvenida amo escribir, así que cada viernes estaré publicando un capitulo de Como convertir a un Sinvergüenza en un Príncipe. Espero que les guste.
             
                                                                   
                                                                  Capitulo 1
                                                                 Ser Príncipe


Carolina odiaba a cada uno de esos estúpidos periodistas, ¿porque no mejor leían o estudiaban a conciencia las propuestas para la campaña y hacían preguntas inteligentes? Pero más odiaba a Antonio por ausentarse, una cosa es que ella se encargará de escribirle los discursos y otra que ella los dijera...

-Señorita Vegas ¿cree que estas nuevas políticas sean la respuesta a todo lo que esta ocurriendo actualmente?.

Carolina se abstuvo de reírse y compuso su cara más seria.
-Por supuesto- respondió sin rastro de ironía
  Si no creyera en eso entonces ¿porque lo haría?
Una última pregunta- dijo Ana, la asistente de Carolina
Con pocas esperanzas Caro busco entre la multitud haber si encontraba una cara que le diera buena impresión y se viera lo suficientemente inteligente. Fue entonces cuando lo vio ¿Qué hacía allí? No tenía la menor idea pero esperaba que en cuanto terminará con última pregunta pudiera averiguar algo.
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Seguía intrigada pero por el momento sería imposible saber que se traía entre manos Aarón.
Era demasiado raro que estuviera allí, sólo la iba a buscar a su trabajo cuando necesitaba un gran favor y para ser sinceros no andaba con tiempo y ánimos para sacarlo de problemas.
Ana caminaba a su lado repasando toda la lista de cosas que quedaba por hacer en el día, apenas eran la una de la tarde y faltaban aproximadamente unos 10 pendientes más.
De pronto de la nada salió Aarón asustando a las dos, Ana tiro la agenda que llevaba en las manos y Carolina se llevo una mano al pecho.
-Señora Gobernadora-dijo Aarón en tono burlón
Ella sonrió y dio un paso más para saludarlo.
-Aarón- Carolina miro hacia los lados para ver que nadie la viera abrazándolo efusivamente.
Aarón se removió incómodo seguía sin acostumbrarse a esas muestras de cariño por parte de ella... Prefería sus burlas y comentarios incomodos que este tipo de demostraciones.
Carolina rodó los ojos y le dio un puñetazo en el brazo, ni le incomodaba ni le sorprendía su actitud.
-¿Ocupada?- pregunto aunque ya sabía la respuesta.
-Sí, pero supongo que eso no te importará, si has venido hasta aquí es por algo o ¿me equivoco?
-A veces se me olvida que tu cabeza no funciona como la de una mujer normal
Carolina continúo no sin antes sonreír pues ese era el tipo de halagos que solía dar ese hombre. Aarón compuso su mejor sonrisa.
-Sí y esa sonrisa no conseguirá que yo haga lo que planeas o peor aun vaya a parar a tu cama. No sé porque la usas conmigo.
Le incomodaba y a la vez le gustaba esa sonrisa, tal vez el que su madre fuera dentista  había influido demasiado en su subconsciente que ahora fuera una de las cosas que más le atraía de los hombres, y Aarón a decir verdad era poseedor de una hermosa y reluciente sonrisa.
Él  al ver que la asistente de Carolina seguía con particular interés su conversación hizo un gesto que paso desapercibido para Ana pero no para Caro pidiéndole que hablaran en privacidad.
-Ana ¿podrías cancelar mis siguientes dos reuniones?
Si tal vez en un principio no le hubiera querido ayudar, pero muy pocas veces podía decirle que no.
-Pero Carolina sabes que Antonio puso principal interés en que atendieras a esos empresarios.
Si tanto le interesaban pudo haberlas tomado él, se dijo Caro mentalmente
-Discúlpame con ellos estoy exhausta, esta semana ha estado de locos y me apetece comer fuera de la oficina para variar, tal vez deberías tomarte unas horas de descanso también, nos vemos al rato.
Carolina no acostumbrada a hacer ese tipo de cosas pero estaba harta de todas esas juntas, necesitaba alejar su mente del trabajo por un par de horas y Aarón le daba la excusa perfecta, o tal vez él era una muy mala influencia.
Siguieron caminando hacia la salida del hotel donde se había dado la rueda de prensa, justo cuando la luz del día les dio de lleno en la cara retomaron la conversación.
-Yo no te quiero llevar a la cama-dijo Aarón
-Por eso somos amigos-respondió Carolina como si nada
Aarón  se empeñaba en asegurar que Carolina no era su amiga, aunque cualquier persona pensaría que eran buenos amigos. Tenían muchos años de conocerse y aunque siempre se llevaban la contra y tenían modos diferentes de ver la vida se respetaban y por eso se seguían viendo. No era nada personal en contra de ella, solo que él simplemente no creía en la amistad de dos personas de diferente sexo.
Su relación se dio de forma extraña. Él papá de Carolina era un cantante y actor de fama internacional, mientras que la familia de Aarón pertenecía al mundo de la política desde tres generaciones atrás él quería limpiar su apellido, en su círculo social no era del todo mal visto pero fuera de ahí su apellido tenía una reputación que tardaría generaciones en limpiar, y no le importaría mucho lo que la gente pudiera pensar pero tenía planes que no involucraban necesariamente a la gente con la que convivía y sobre todo a sus padres.
La gente "decente" como había dicho Carolina en su momento no se fiaba de él, hacer negocios era impensable en ese momento, entonces en una fiesta exclusiva para quienes llenaban las bóvedas de los bancos se apareció Carolina Vegas intentando colarse e intentar establecer contactos con esa gente. Aarón casi se burla de ella, la conocía por su puesto, su padre siempre la había presumido por todos lados llevándola a los eventos más importantes de su medio, conocía a cualquier socialité o artista y siempre estaba en todas las  listas. Y fue ahí cuando todo lo tuvo claro. Ella quería entrar a su círculo y él al suyo.
Para la mala suerte del padre de Aarón, su hijo nunca estuvo interesado en puestos políticos pero Carolina si, ella estaba empezando cuando se dio cuenta que no bastaba ser hija de alguien muy famosa, o ser muy buena en lo que hacia y querer hacer las cosas bien, y cuando Aarón se presento con ella y la planteo la situación no pudo más que aceptar. Él se encargaría de introducirla, de presentarle a la gente adecuada y ella con el talento que tenía debía de hacer lo demás.
Aarón a cambio recibiría exactamente lo mismo. Fue un trabajo arduo al principio ninguno se soportaba, ambos eran jóvenes caprichosos y consentidos tuvieron que hacer el esfuerzo, hasta que llego un momento en el que perdieron la cuenta de todos los eventos, compromisos y demás en los que fueron juntos, al principio todo el mundo creyó que estaban saliendo, pero como nunca los vieron ni siquiera darse la mano el rumor desapareció rápidamente. No fue cosa de meses su trabajo les había costado casi quince años después de ese trato podrían decir que eran amigos que habían logrado sus respectivos objetivos, no tan cercanos  pero tenían cierta complicidad.
-¿Costumbre?- dijo Aarón a modo de pregunta
-¿Costumbre de qué?
-Ese trabajo tuyo te hace perder tu rapidez mental. Me refiero a la costumbre de la sonrisa y ya te he dicho No somos amigos, no existe la amistad entre hombres y mujeres ambos heterosexuales.
-Me hieres- dijo Carolina con sarcasmo
-Somos conocidos-dijo Aarón simplemente
-Sinceramente me gustabas más cuando éramos enemigos con un objetivo común... –dijo ella en tono de broma
-Exageras, aunque yo sé que disfrutabas pelear conmigo- dijo el en tono triunfante
Carolina hizo un gesto con la mano quitándole importancia
-Si era divertido, lo que no me agradaban eran los insultos...
-Vamos Caro sabes que éramos bastante inmaduros en ese tiempo. No lo tomemos personal- Aarón volvió a hacer esa sonrisa que Carolina admiraba en silencio.
-¡Es que era personal! En fin tienes razón, fue hace mucho.
Caminaron un par de calles hasta dar con el restaurante, en el que de un par de años para acá se quedaban de ver regularmente.
-Sí que hay algo grande que debes decirme-dijo Carolina mientras se sentaban en la mesa de siempre.
-Como sabes me gusta ir al grano. Necesito ser un hombre atractivo para casarse.
Carolina estuvo a punto de echarse a reír, pues pensaba que Aarón le estaba tomando el pelo, pero al ver su cara de absoluta seriedad se trago sus carcajadas y mejor se enfoco a lo que le había dicho.
-¿Hay alguna mujer de por medio?
Era lo primero que se le venía a la mente y de alguna forma extraña eso le molestaba.
-¡Por supuesto que no!-dijo indignadísimo-si hago esto es por orgullo. ¡Carajo soy Aarón Santander! Debería ser un buen partido ¿No crees? Los padres en lugar de querer que me case con sus hijas las esconden de mí. Demostré que no soy tan malvado como creían, Limpie el nombre de mi familia, debo poder hacer esto ¿me ayudarás?
A Carolina no le sorprendía era una actitud muy de él, no le gustaba que lo hicieran menos, y el hecho de no ser considerado un hombre para casarse le estaba dando en su orgullo, en todos esos años que tenia de conocerlo no podías hablar de matrimonio en su presencia antes de que saliera corriendo de ahí, pero una cosa era que él no quisiera y otra que eso se viera influenciado por otros.
-¿Y qué tendría que hacer?-preguntó Caro antes de comprometerse pues ella tenía cosas de verdad importantes en las que ocuparse.
-No sé, tú eres la especialista en los cuentos de princesas.
Carolina tenía un gusto del que solo su madre y Aarón se habían percatado de ello, era adicta los cuentos de hadas. Con esto se contradecía mortalmente ya que ella era lógica y se caracterizaba por tener los pies en la tierra, no quería ni imaginar si alguien se enteraba de su penoso secreto.
El mesero tomo su orden y en cuanto se fue Carolina respondió.
-Ok lo hare, pero antes que nada debes de entender  que los chicos malos ya han pasado de moda. Sé que odias que critiquen tu forma de vida pero si vas a requerir de mi ayuda te lo tengo que decir, debes de conseguirte un trabajo, eso de andar en fiestas y eventos no es trabajo por si pensabas objetar, un trabajo serio algo que le de estabilidad a una mujer.
-Mi trabajo es perfecto, no estoy dispuesto a dejar de hacerlo- dijo él tajantemente.
-Entonces serás un solterón de por vida-dijo Aarón queriendo aligerar el ambiente
-¿crees que temo quedarme solterón?- dijo Aarón- Caro eso sería lo mejor que me pudiera pasar, sé que tengo casi treinta y tres años y a los ojos de los demás tal vez sea momento para que empiece a sentar cabeza y estoy diciendo tal vez. Quiero que te quede claro que esto lo hago más por orgullo que por otra cosa, aun no hay nadie que me haga querer pensar en la exclusividad.
-Yo tengo treinta y cuatro y…
-Estas saliendo con ese tipo que seguramente dentro de poco será nuestro gobernador, no tienes anillo en mano porque no quieres. ¿Sera que no quieres estabilidad en tu vida?- ahora fue turno de Aarón de poner a Carolina incomoda.
Si Ella andaba con un príncipe azul, muy guapo, muy inteligente, caballeroso, atento ingenioso y que la adoraba pero a Caro de unos cinco años a la fecha le encantaba Aarón, amaba su forma de ser despreocupada, que no le importará quedar bien con nadie más que consigo mismo, era como su amor platónico pero ella era realista y no había que confundirse porque en la vida real jamás buscaría a alguien como él.
-No llevo prisa, dime ¿qué clase de novia sería si le pidiera a Antonio algo como eso apunto de empezar con la campaña para su candidatura?.
-Una novia normal tal vez…
-Habla la persona más normal del mundo…
-Pues lamentablemente no soy normal, siempre he sido así, no sé ser de otra forma.
-No entiendo ¿cuál es el problema? Te deben de aceptar tal cual eres, sino ellas se lo pierden.
-Saltémonos todo eso ¿quieres?, Después de ese mal momento que tuviste al sugerir que dejará mi trabajo puedes darme información provechosa.
Trajeron la comida y comieron en silencio, tiempo que aprovecho Carolina para pensar.
-Tal vez deberías empezar por ser amigo de una mujer. Los hombres que no tienen hermanas poco saben de las mujeres y tú eres hijo único y un desgraciado con ellas, empieza por conseguirte una amiga.
-Podemos ser amigos-dijo Él
-Eso no cuenta Aarón, sigue engañándote, pero si tú y yo no somos amigos entonces ¿cómo me pides que te ayude?, necesitas ver a una mujer como me ves a mi, claro que sin todos estos años conociéndote
-¿De veras crees que eso me garantice ser un príncipe?
-¿Qué pierdes con intentarlo?

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